Son tales las ganas que tengo de estar contigo que con solo pensarlo me tiemblan las piernas. Y es que cuando cierro los ojos y me imagino a tu lado, una sonrisa aparece en mi cara. Entonces cuando esto pasa estando con mis amigas me preguntan: “¿En qué piensas?” Y a mí me gustaría contestar… Pienso en él. En lo bien que estaría a su lado. Pienso en que no puedo aguantar ni un segundo más sin verle, es que necesito sentir ese cosquilleo en el estómago para sentirme viva, lo necesito. Pienso en que lo echo de menos y en que no puedo sacarlo de mi mente ni un segundo. Llamadme obsesionada si queréis, pero no sabeis la angustia que siento al tenerle tan lejos y que además no sea mío. Pienso en que si fuera mío no me cansaría de él NUNCA EN LA VIDA. Pienso en todas esas tardes que podríamos pasar juntos comiéndonos a besos, creando buenos recuerdos, haciéndonos fotos para demostrar nuestro amor, haciendo el tonto, tumbados en un parque contemplando las nubes, pasear por cualquier lugar agarrados de las manos o estando en mi casa haciendo lo que quisiésemos. Pienso en todos los regalos que podría hacerle y en todas las frases bonitas que podría decirle. Pienso como sería vivir a unos kilómetros de distancia, aunque un puñado de kilómetros no me harían quererle menos. Pienso en cómo serían nuestros besos después de varios días sin vernos. Pienso en que alomejor él está pensando lo mismo ahora. No, eso es imposible… Pienso en el bonito futuro que nos esperaría juntos…Pero en lugar de decir todo lo que pienso, contesto: “ Nada… no pienso en nada en especial”. Pero sólo yo sé en lo que realmente pienso… en él…
