Lo siento pero no soy esa
clase de chica que busca una historia de amor perfecta, un amor de película o
pretender ser una princesa Disney. Eso siempre lo he tenido muy claro ya que
desde que me partieron el corazón lo mío ha sido ir de flor en flor y aunque
muchos digan que es lo peor a mi me daba igual. Pero no sé, cierto día mi
manera de pensar cambió. Toda mi teoría de que yo estaba hecha para ir en flor
en flor se esfumó. “¿Por qué?” te preguntarás. Pues yo te respondo de la manera
más sencilla: no es por qué sino por quién.
Entonces un día llegó esa persona, esa que te hace cuestionarte todo lo
que conoces hasta el punto de estar confundida. Esa persona que te incita a
buscar esas respuestas, respuestas que él tiene pero que eso tu no lo sabes
hasta más adelante.
Desde entonces yo no soy la que era, muchas veces ni yo misma me reconozco
cuando me miro al espejo. Pero eso me encanta, soy diferente, él me hace mejor
persona. Él me ha demostrado que a veces escenas de la vida real pueden darle
mil vueltas a las cosas de las películas, que no todo tiene que ser totalmente
perfecto ya que la imperfección también tiene su encanto. Con él siento que
todo va a ir bien, que nada puede fallar si él me protege. De pequeña me
hubiera encantado ser una princesa como Blancanieves o Cenicienta, pero ni
tengo siete enanos ni una madrastra, pero él me hace toca el cielo como Aladín
con la alfombra o hacer lo imposible para no perderle como hizo la Sirenita.Solo tengo que decir que cuando has encontrado a la persona adecuada simplemente piensas que tu historia es hasta mejor que tu película favorita.