'Dicen que el talento es algo innato, puede que sea cierto pero riégalo a diario o habrá muerto'

miércoles, 23 de enero de 2013

Querido amor de la adolescencia.

Querido tú:
Querido amor de la adolescencia, aun pienso en ti y te echo de menos.  A día de hoy y aunque hayan pasado ya 20 años desde que lo dejamos, te sigo echando de menos. Si sí, lo has leído bien, TE ECHO DE MENOS. No ha habido día en todo este tiempo en el que no haya pensado en ti. Hace años que no sé nada de ti, y eso me preocupa. No sé si estarás casado o soltero, si estás viviendo aquí o allí, si te acuerdas de mí o no. Solo sé que yo sí lo he hecho. Te cuento. Cuando lo dejamos intenté retomar mi vida lo mejor que pude, pero no me fue fácil. ¿Qué si lloré? Monté el Océano Atlántico en mi habitación de la casa de mis padres. Con el tiempo aprendí a vivir con tu recuerdo, pero aquella canción que me compusiste no se me ha borrado de mi mente todavía. De hecho, la guardo en mi corazón y en mi antiguo diario como el más valioso de mis tesoros. Yo continué mi camino intentando no cruzarme con el tuyo y aunque hubo veces que casi es inevitable supe llevarlo lo mejor que en esos momentos sabía y podía. Estoy casada. Ya sé que a ti eso del matrimonio nunca te convenció lo suficiente, pero yo encontré a alguien que tenía las mismas ideas que yo. Es un hombre maravilloso. Si le hubieras conocido te hubiera caído bien, estoy segura. Conseguí  cumplir mi sueño de publicar mi novela de “Caminemos bajo la lluvia”. Si te apetece puedes leerla ya que te verías reflejado en algunas de las situaciones. ¿Por qué será eh? Jajaja Tú me inspiraste en su día y creo que ese fue el motor que me catapultó a donde he llegado a día de hoy. Tengo una hija. Supongo que ya sabrás como se llama ya que espero que no hayas olvidado la conversación esa que tuvimos en el banco sentados. Esa en la que te dije que la hija que yo tuviera se tenía que llamar Lidia. Ese sueño también se ha cumplido, pero esa hija no es en común como aquel día planeamos. Ese día hablamos muchas cosas y ninguna de ellas se ha cumplido, que ironía. Ahora que tengo la suficiente madurez para mirar todo desde un punto de vista te digo que tuvimos muchísimos errores. Pero bueno éramos críos y estábamos equivocados sobre la idea del amor. Aunque todavía sigue doliendo ver como con el que comparto mi vida no eres tú. Pero como he dicho, éramos unos niños. Unos niños que pensaban que por darse dos besitos en un parque iban a prometerse amor eterno, que pensaban que solamente con luchar valía, que pensaban que el tiempo no les afectaría a ellos… Pero esos dos niños ya han madurado y con veinte años más a la espalda han comprendido que los amores de la adolescencia no tienen porque ser todos eternos porque si fuera así nunca conocerías a otras personas.  Por cierto cuando conocí a otros chicos los comparaba siempre contigo y no sé por qué. Quizás porque tú fuiste el primero que me trató como una reina. Pero eso ya da igual, ya son recuerdos. Solo quería decirte con esta carta que no te voy a mandar que me acuerdo de ti, aunque tú no te lo creas. Y quería darte las gracias además por hacer de mí lo que soy ahora mismo. 

Allá donde estés quiero decirte que te amé como no estaba escrito.
Posdata: Tengo ganas de verte y que sepas que ese color rojo va conmigo siempre.
Adiós.

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