'Dicen que el talento es algo innato, puede que sea cierto pero riégalo a diario o habrá muerto'

miércoles, 10 de abril de 2013

Los recuerdos no dañan.


Darle al play a esa canción especial. Cerrar los ojos. Recordar momentos felices. Suspirar, es decir, expulsar el aire que nos sobra por la persona que nos falta. Que te entre ganas de llorar. La canción termina. Abrir los ojos y que una lágrima caiga. Si te ha pasado enhorabuena porque eso significa que has querido a alguien de verdad pero a la vez lo siento mucho porque si has llorado significa que tu persona especial no está en tu vida al igual que la mia también desapareció.
Esta situación se me ha repetido durante días, semanas y quizás algún que otro mes y es muy triste. Porque no lloras porque la has perdido, lloras por la impotencia que te da no poder retroceder el tiempo y pararlo en aquel instante tan, tan, tan,  perfecto. Ese instante que ha quedado grabado en tu memoria. Entonces pasan los meses y te das cuenta de que el momento y la persona ya conviven contigo, ya forman parte de ti.”Los días pasan y los daños pesan y los labios que no se besan no regresan” como decía aquella bonita canción, los días pasan y tu ya dejas de escuchar esa canción por no hacerte daño a ti misma y no volver a llorar.
Siguen pasando los días y los días hasta el punto de que ya se te olvida la canción porque ha llegado otra persona. Otra persona que te aporta una nueva canción y un nuevo momento para recordar y entonces es cuando tienes miedo porque sabes que ese momento algún te hará daño, pero eso ahora te da igual y solo quieres vivirlo para que no te vuelva a pasar lo de la primera vez.
Pero luego llega el día… llega el día en el que estás en el tren, el coche, en tu habitación estudiando o simplemente caminando sola por la calle cuando en tu Ipod comienza a sonar esa canción y tu inconscientemente comienzas a cantarla. Y cuando ya te das cuenta de lo que haces te paras en seco,  te quedas estupefacta y a continuación una sonrisa brota.  Ese instante es en el que te das cuenta de que esa canción, ese momento y esa persona son inofensivos, ya no hacen daño. Ya los cambiaste por otros, bueno en realidad no los cambiaste, simplemente maduraste y con el tiempo te diste cuenta de que los recuerdos no están para hacernos daños, los recuerdos están para recordarlos con una sonrisa y no con una lágrima en los ojos. No lo olvides.

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